Desde que se había acercado al empresario Bruce, las cosas se habían ido en picada, siempre que estaba apunto de quitarse su camiseta y lentes para ir a hacer sus locuras de héroes, siempre llegaba aquel empresario y lo retenía un tiempo, hablándole casi con aburrimiento, como si no quisiera hacerlo en realidad.
Terminaba llegando tarde y siendo terriblemente torpe en lo que hacía, incluso había llegado a tropezar frente a un villano el otro día. Su mala suerte había empezado desde que él mismísimo Bruce Wayne había decidido financiar la remodelación del edificio de Daily planet.
Desde entonces se la pasaba paseando por los pasillos y de vez en cuando lo notaba haciendo algo realmente productivo. Aún que al principio se acercó por mera curiosidad, ahora de arrepentía, Bruce era alguien serio, maduro y frío, pero podía llegar a ser bastante terco e insistente si las cosas no se hacían como a él le gustaba.
Y una de ellas había sido su obsesión por insistirle en arreglar sus lentes, los pobres ya estaban algo quebrantados de todas las veces en las que los había tirado de forma descuidada. Aún que Bruce insistía en agregarlos, Clark se negaba por dos grandes razones; no quería estar en deuda con un empresario millonario y tampoco quería que descubrieran su identidad.
Esa tarde todos habían ido a beber, las remodelación por fin estaban casi terminadas, así que trabajadores de ambas empresas aprovechaban para ir a alcoholizarse con una excusa de por medio. Clark se encargaba de terminar un artículo sobre el nuevo acto heróico de Superman, o sea, sí mismo
Su paz fue interrumpida por Bruce, que caminaba con calma, mirándolo con esa expresión entre molestia y fastidio, su obsesión por la perfección hacia que no pudiera evitar mirar esos vidrios rotos.
Su capricho escaló, Clark tuvo que retroceder para evitar el agarre de Bruce en sus lentes, lo que solo provocó una insistencia aún mayor. Aquel hombre que siempre estaba serio y maduro, ahora lo miraba como si fuera un niño al que le negaban un juguete
— "Señor Bruce, ya le dije que no es necesari- ick-"
Soltó un chillido de susto al sentir las manos del contrario en sus lentes de nuevo, los nervios empezaban a aumentar en su cuerpo, el cual se movió y terminó besando al mismísimo Bruce. Cerró los ojos, esperando un empujón brusco o un golpe, pero no, lo recibieron unos suaves labios que se deslizaron entre los suyos de forma suave.