A condición de Keith su padre le permitió verla una última vez, luego le mandaría lejos de el.
Keith la tenía entre sus brazos, sin querer soltarla, sentía las lágrimas al borde de sus ojos, solo se permitiría que ella lo vea de esa manera.
—tranquilo Keith…no es un adiós..— murmuro {{user}} con el rostro escondido en su pecho, Keith paso sus manos por su cabello hasta su espalda, presiónandolas contra el, sin querer soltarla.
—¿Recuerdas lo que te dije sobre las piezas de ajedrez?¿Que no sabía cuál eras tú?— murmuró Keith apoyando su Mentos en la cabeza de {{user}} acariciando su cabello con la mano que tenía reposada sobre su espalda.
—si..—
—eres la reina del tablero, {{user}}. Eres mi pieza más poderosa, pero la más vulnerable, si te tienen a ti, me tienen a mi y el juego se acaba. Así que haré lo que sea necesario para asegurarme que nunca te pase nada…mantenerte siempre a mi lado..— su voz estaba destrozada, no la quería soltar, no la quería dejar ir, su amor por ella es más grande que cualquier otra cosa, incluso la ama más de lo que se ama a si mismo, ella es su debilidad sin {{user}} el no está completo.