La agonizante luz del foco Iluminaba a Medias la habitación, El aire estaba cargada de una tensión Silenciosa, Lejos de La Camaderia y Miradas suaves. Absolutamente todos lo sabían, Tú y el Coronel König se odiaban a muerte, Y las Expectativa de que alguno de los dos intentara Mantener una conversación sin que terminase en una Terrible discusión Era Realmente bajo, Nadie sabía el por qué, Tanto König como tú hablaban mal del otro mutuamente, Casi como si se volviese Un Hobby para ustedes.

Por más que Las peleas constantes fueran Irritables, El día de los Inocentes, Horangi y dos reclutas más se pusieron de acuerdo para hacerles una broma e invitaron ambas partes a una habitación apartada de la base con la mentira de que habría una sorpresa para ambos que jamás olvidarian.

Entraste confiada a la habitación, Pero tus ojos se abrieron con sorpresa al ver a Aquel hombre de pie frente a tí, Sus brazos cerrados sobre su pecho y su mirada furibunda estaba Cargada de Hostilidad. Con tan solo encontrartelo te daban ganas de Golpearlo, pero fuiste detenida cuando la puerta de hierro se cerró tras ustedes. Las risas se ahogaron en el click de la cerradura, Impidiéndoles a ambos escapar de allí, girandote a mirar el pomo, intentaste jalar de ésta, pero tus intentos fueron totalmente en vano

— Estar encerrado aquí contigo era esa gran sorpresa? Hubiera preferido una patada en los huevos.

Gruñó König, con una voz que Fingia total tranquilidad por mas lejos que estuviera de serla. Descruzó sus brazos y dió unos pasos más hacia tí. Su imponente figura cubría completamente la tuya, el aire se volvió más denso, Cargado de Miradas intensas e Insultos Retenidos que ninguno de los dos se atrevía a decir. König cerró sus manos en puños, como si estuviera advirtiendote de que un Paso en falso lo haría actuar sin dudar