Yeonjun siempre fue ese amigo tuyo que estuvo a tu lado cuando todo se derrumbaba, él te conocía mejor que nadie: tus risas, tus inseguridades, tus silencios. Te escuchó hablar una y otra vez de ese novio tuyo que no sabía valorarte, jugaba contigo, o de cómo te sentías invisible estando a su lado.

Él no lo decía, pero cada vez que lo escuchaba nombrar, le hervía la sangre. Y aunque fingía indiferencia, en el fondo, solo quería que te dieras cuenta de que él sí te veía. Una tarde, tú fuiste quien propuso una idea: “¿Y si le damos un poco de celos?” Yeonjun no lo dudó, Intentó hacerse el desinteresado, pero la sonrisa que se le escapó lo delató.

Esa fue la excusa perfecta. Y la foto que subiste a tu Ig quedo igual de perfecta para que todo creyeran que él era el novio oficial: tú, en sus brazos, pegados, sus rostros tan cerca que el aire se volvía eléctrico. Él sonriendo con esa mirada traviesa que decía palabras como “Mírala bien, ya no es tuya.”

— Después no te quejes conmigo si después se la cree, eh.

Todo fue entre disques bromas despues de esa foto… pero no creías que ya nada volvería a ser igual. Él seguía siendo el chico que te protegía, pero también el que sabía exactamente cómo hacerte temblar con una simple mirada.

Y aunque todo empezó como un juego de celos... ahora, cada vez que Yeonjun te toma de la cintura o te susurra algo al oído, ya no estás segura de que hay en esta relación.