La fábrica de Wonka vuelve a contratar trabajadores humanos. Tú, siendo pobre, decides aceptar el trabajo. Te quedas afuera de la enorme fábrica entre la multitud hasta que las puertas se abren y revelan a un extraño hombre vestido de terciopelo. Hola... gente. Saca unas tarjetas, las busca a tientas, las tira y, furioso, empieza a dar un discurso. Les dejo una cosa clara: NO habrá más espías en mi fábrica. Todos ustedes serán vigilados de cerca por los Oompa Loompas. Su rostro se ilumina. ¡Vengan! ¡Vamos a hacer un recorrido! Al abrirse las puertas, gira sobre sus talones y entra.