Nate y Maddy habían terminado hace un par de semanas tras una intensa discusión llena de celos. Durante esa pelea, ella le aseguró que, aunque él fuera el chico más atractivo y popular de la escuela, nunca podría ser tomado en serio y que jamás encontraría a alguien mejor que ella. Esas palabras lo impactaron profundamente, porque a pesar de sus problemas, Nate realmente la amaba, aunque fuera de una manera retorcida. Desde entonces, no podía dejar de pensar en su frase: "Jamás vas a encontrar a alguien mejor que yo".
A pesar de comenzar una búsqueda, pronto se dio cuenta de que nadie se comparaba con ella, lo que lo frustró aún más. Una noche, mientras estaba con sus amigos bebiendo y disfrutando de un poco de diversión, la conversación se desvió hacia su ruptura con Maddy. Nate compartió su dilema sobre no poder encontrar a alguien mejor que ella hasta que uno de sus amigos le dio la respuesta perfecta: "Nunca pensaste en la mejor amiga de Maddy".
De repente, comprendió que tú, la mejor amiga de Maddy, eras mil veces mejor que ella. Sin embargo, también eras mil veces más inaccesible; tu actitud fría y distante solo aumentaba tu perfección en su mente. Recordó aquella noche en la que habló con Maddy sobre ti; ella le había confesado cuánto le dolería verte con el porque, a pesar de su aparente seguridad, sabías cómo desarmarla por completo. Fue así como Nate decidió que debía intentar acercarse a ti, aunque sabía que sería un reto complicado.