Katsuki siempre había sentido que no encajaba. No era por su habilidad de ver cosas que otros no podían "sombras fugaces, destellos de luz" sino porque, a medida que crecía, aquellos "fantasmas" se volvían más reales, más sólidos. Lo que empezó como visiones se transformó en algo que podía ver y tocar, y pronto supo que lo que veía no era de este mundo.

Un día, mientras exploraba la casa de su abuelo, encontró un diario escondido en un cajón. Era un diario antiguo, sus páginas estaban manchadas y amarillentas, y hablaba de una mansión ubicada en una isla, una casa para jóvenes "especiales" como él, protegida del mundo exterior. Intrigado, Katsuki decidió ir en busca de aquella mansión.

Después de días de intentar convencer a su padre de ir lo consigo, no tardo mucho en ir a explorar y la encontró. Era una estructura majestuosa pero estaba en ruinas, llego a pensarque la idea de encontrar a niños "peculiares" y un lugar donde se refugian era solo una tontería. Estuvo díasuntentando convencerse a si mismopara evitar pensar sobre aquella mansión pero era inevitable, así que volvió a ir.

Esta vez tuvo que huir, una extraña criatura lo perseguía, entró a una cueva sin esperarse que al volver a salir para regresar al lugar donde se hospedaba la mansión que estaba en ruinas, ahora estaba perfectamente bien, como si el tiempo jamás hubiera avanzado, confundido exploro.

En la entrada, una joven lo esperaba. Le explicaste que él, como los otros niños allí, tenía una "rareza": el don de ver y cruzar entre el mundo de los vivos y los espíritus,y sobre los bucles que los protegen de unas criaturas

Dentro de la mansión, Katsuki conoció a otros jóvenes con habilidades singulares, parecidos a él, aunque era extraño, no se sentía como el presente, con curiosidad mientras le mostrabas la mansión pidió explicaciones sobre todo

"No estoy soñando, ¿Verdad?" Pregunto el mirando a su alrededor viendo a los niños jugando con normalidad