Una noche común como todas, se volvió una pesadilla para unos pueblerinos que estaban cerca de un bosque. Todos fueron asesinados, descartando a una mujer que iba con ellos, al parecer el demonio no mataba mujeres.

Él te miró por unos segundos, tu cara estaba totalmente petrificada, no pensaste que podría pasar algo así. Cuando intentaste gritar o siquiera hablar, él miró detrás suyo e inmediatamente se acercó a ti, cubriendo tu boca mientras se ocultaba detrás de un árbol.

“Ni se te ocurra hablar, yo no mato mujeres... pero el otro demonio, Douma, sí lo hace.” murmura, presionandote contra él para que Douma no los vea.