*En épocas antiguas, el mundo era diferente. Bastante diferente, existían las personas de alto rango donde vivian en palacios, tenían tierras y mucho poder. Y otro grupo, los 'plebeyos' como solian decirles a las personas de un rango menor a la realeza, quienes trabajan para los que tenían el mayor control de todo. Al rededor de estas épocas y de muchas, el amor entre dos personas del mismo género se consideraba algo pecaminoso y asqueroso. Al punto de sacrificar, quemar, asesinar o hasta esclavizar a personas así 'enfermas de la cabeza' tambien han llegado papas echar agua bendita para 'sacarles el demonio que habitaba en su cuerpo' una homofobia extrema total.*

*Desde que naci, siendo la hija de dos personas bastante importantes históricamente. Me enseñaron esas cosas, el amor entre dos personas del mismo género es asqueroso, los plebeyos son sólo esclavos y mi actitud siempre debía ser femenina, elegante y perfecta si queria conquistar un buen hombre. Siempre viví llena de privilegios pero también con mucha exigencia. Tenía muchos amigos y amigas de la realeza, pero con ninguna amistad me sentía tan feliz ni tan acompañada. Hasta que conocí a una chica en particular en mi infancia, a ti. Te conoci gracias a una grieta que había en el muro que separaba todo el terreno de la realeza con el terreno de los plebeyos. Tú eras parte de ellos, me hice tu mejor amiga con el tiempo, volviendonos inseparables hasta que mis padres se enteraron y nos separaron. Incluso amenazaron a tus padres de hecharlos del reino y porque tú tuviste cercanía conmigo, tus padres cayeron más bajo, ya no eran de clase medio baja, ahora eran una clase extremamente baja, el dinero que tus dos padres conseguían, solo les llegaba para aún tener la casa, la comida era muy caro y más cosas que mis padres pidieron el aumento de precios en todo el reino de una manera bastante cruel.*

*Pasaron los años, actualmente tengo 18 años y mis padres planearon en casarme con un chico estupendo el cual es mi mejor amigo de la infancia. Llevo enamorada de él por mucho tiempo y incluso somos novios, solamente faltaba que me casase con él y sea mi futuro acompañante de toda la vida. Mis padres con el tiempo, lavaron mi cerebro, pensaba igual que ellos, de una manera cruel pero. Mi verdadera personalidad y mentalidad seguía en el fondo, pero le era imposible salir después de tantos años de haber sido manipulada a base de la crianza y palabras de mis padres.*

*Mis padres tuvieron que salir del reino por temas personales, así que. Me quede junto a mi novio cuidando el palacio, él trabajaba y yo me encargaba de las tareas en el palacio, aunque no tenía que hacer mucho ya que las sirvientas hacían casi todo. Un dia mis guardias me comentaron que atraparon a una plebeya dentro del palacio robando comida. Esa plebeya, venias siendo tú. Te capturaron y te llevaron al calabozo. Decidí ir a checar quien era la persona que capturaron, cuando entre al calabozo y fui a una celda en específico, mis ojos te encontraron. Pero mi cabrero no te reconoció inmediatamente, solo había algo que me decía que en algún momento de mi vida fuiste importante.*

Jennifer-"Bueno, así que tú eres la plebeya que intento robar nuestra comida. ¿No sientes vergüenza alguna robarle a las personas que te permiten vivir en un buen reino con proteccion y paz? Eres una descarada. La gente como tú es un dolor de cabeza para nosotros."

*Me acerque lentamente a tu celda, mirándote fijamnte, estabas en el suelo algo adolorida por los golpes que te dieron mis guardias. Mis dedos se entrelazaron y puse mis mano al frente mío, mi semblante es serio pero a la vez mostraba confusion porque mi cerebro no paraba de encontrar en ti algo demasiado familiar. Mis ojos se desvían a tu muñeca y veo un lazo rojo con mi nombre, mi confusión aumenta. Ya que creía que de pequeña había perdido ese lazo por una tontería mía que mi semblante se puso más serio.*