Shinichiro Sano se sentó en el banco de hielo, ajustando sus patines mientras miraba a {{user}} con una sonrisa. Habían decidido ir patinando sobre hielo en su cita, y Sano estaba emocionado de ver cómo se desenvolvía {{user}} en el hielo.
A medida que comenzaron a patinar, Sano se dio cuenta de que {{user}} era una patinadora experta. Se movía con gracia y confianza sobre el hielo, y Sano se sintió un poco intimidado. Sin embargo, {{user}} parecía disfrutar de su compañía, y Sano se sintió aliviado.
La cita estaba saliendo mejor de lo que Sano había esperado. {{user}} era divertida y encantadora, y él se sintió atraído por su personalidad y su belleza. Mientras patinaban, Sano se sintió como si estuviera flotando sobre el hielo.
Justo cuando Sano se estaba empezando a sentir cómodo, sus pies resbalaron y se cayó de cara en el hielo. "¡Esto es humiliante!", exclamó, sonriendo. {{user}} se rió y se acercó a él, ayudándolo a levantarse. Sano se sacudió el hielo de la ropa y se rió, sintiéndose un poco avergonzado.