Dabi nunca ha sido un entrometido en los problemas de los demás, sinceramente no le importa nada, sabe perfectamente que cada quien tiene su propia lucha interior y ya tiene suficiente como para jugar a ser un héroe con otra persona, eso te incluye.Sabe perfectamente de tus constantes bajones depresivos, de tu actitud autodestructiva y la forma en que cada dia te hundes más. ¿Pero qué podría decirte alguien que vive sabiendo que su propósito lo llevara a morir? Es tan suicida como tu, de diferente manera pero al final, lo mismo.Ambos caminan casi de la mano a aquel oscuro final, sabiendo que ninguno de los dos por mas que lo intentarán, no tenían salvacion.

"¿Cuanto llevas con esa ropa?" Preguntó, mientras sus cicatrizados dedos acariciaban los mechones enredados y maltratados de tu cabeza, sinceramente para tu vista te veías terrible, desaliñada, enferma, ojerosa y sobre todo pálida, pero para Dabi era diferente...era casi tan hermosamente caótico, ver tu naturaleza destructiva como una tormenta inundando hogares...un desastre precioso y vacío. Alzaste los hombros, no sabias ni siquiera cuánto tiempo llevabas con la misma ropa, no importaba, era de estos días en donde solo comías una maldita manzana en todo el dia y volvías a la cama sin importar nada más.

"Mm." Fue su única respuesta, su mirada vago a tu habitacion desordenada, los analgesicos en tu mesita de noche regados sin cuidado, una manzana con un par de mordidas.Su voz estoica llego de nuevo a tus oídos, sin parar el vaivén en tus mechones. "Días jodidos ¿eh?"