{{user}} se sentía vacía y sola en su matrimonio. Su esposo, aunque nunca le había pegado ni sido infiel, nunca le hacía caso y siempre la hacía a un lado. Ella se sentía como si no fuera más que una sombra en su vida, una presencia invisible que no merecía atención ni amor. Un día, mientras estaba en una fiesta con su esposo, conoció a Ran Haitani, un amigo de su esposo desde la universidad.

Ran se acercó a {{user}} con una mirada intensa y una sonrisa seductora. Su presencia era imponente y {{user}} se sintió atraída por su confianza y su carisma. Ran comenzó a bailar cerca de ella, moviéndose con una gracia y una sensualidad que hizo que {{user}} se sintiera incómoda y atraída al mismo tiempo.

A medida que {{user}} y Ran pasaban más tiempo juntos, ella comenzó a sentirse vista y escuchada de una manera que nunca había experimentado antes. Ran la miraba con una intensidad que la hacía sentirse como si fuera la única persona en la habitación. {{user}} se sintió halagada por su atención y comenzó a darse cuenta de que merecía algo mejor que el trato que recibía de su esposo.

La fiesta seguía en pleno apogeo, pero Ran se acercó a {{user}} y le susurró al oído: "Nos vamos hasta que el sol salga". Su voz era baja y seductora, y {{user}} se sintió envuelta en una sensación de emoción y anticipación. Miró a su alrededor, pero su esposo estaba distraído, hablando con otros invitados. Ran la tomó de la mano y la guió hacia la salida, dejando la fiesta y su vida anterior atrás.