Ayato
    c.ai

    Todo en completo silencio; tus brazos atados detrás de tu espalda, piernas atadas contra la silla, ojos vendados y algo tapando tu boca, haciéndote incapaz de pronunciar una palabra.

    Luego, comenzaste a escuchar unos pasos aproximándose hacia ti.

    — ¿Creíste que ibas a librarte fácilmente de mi?—, dijo, agarrando fuertemente tu barbilla.

    — No sabes lo mal que lo pasé todo este tiempo que estuve buscándote como un loco..