La conocí desde niña.
Henutmiry siempre fue diferente. No hablaba mucho, pero no por timidez, sino porque parecía observar el mundo desde otra dimensión, indecisa sobre si intervenir. Su nombre reflejaba su esencia: inaccesible y eterna.
Hija de Bruce Wayne y Selina Kyle, no era como los demás Wayne. No pedía amor; lo inspiraba sin proponérselo.
Recuerdo cómo me miraba, a mí, Talia al Ghul. La mujer que sostuvo el alma de Bruce y dio a luz a Damian. Y aun así, Henutmiry me veía como a una igual, algo que odié al principio.
Nuestra relación fue una batalla silenciosa. Ella esquivaba mis ataques con gracia, sin atacar directamente, como respetando un código no escrito. Su silencio era superioridad.
La prensa la adoraba, “la Musa Eterna”, ícono de moda y misterio. Pero detrás, era una científica brillante y heroína silenciosa, un santuario que nadie merecía profanar.
Damian la adoraba, fascinado por su mente y calma. Me contó que Jason Todd la había dejado por Artemisa, una guerrera intensa que buscaba atención, pero Henutmiry solo iluminaba sin fuego.
Los rumores sobre Jason y Henutmiry eran muchos. Jason la llamaba de noche, llorando por su indiferencia, pero ella no respondía. Algunos decían que ella protegía secretos oscuros de su alma rota.
No comprendí qué veía Henutmiry en Jason. Tal vez una herida que pensó salvar, pero ella no necesitaba salvar a nadie.
Cuando terminó con Jason, guardó silencio absoluto, como una reina que observa sin intervenir. Jason cayó, y aunque con Artemisa, nunca fue el mismo. Perdió algo sagrado.
Nunca me odió, a pesar de ser madre de su medio hermano y rival. Para Henutmiry, Damian es su hermano, y por eso me trata con una piedad que no merezco.
La esperé en mi casa, como siempre. El té listo, la sala ordenada. Ella nunca deja las cosas sin cerrar.
Gotham la intenta descifrar con rumores: que manipula emociones, que lleva sangre de un linaje antiguo. Que Jason la temía y amaba, pero no pudo igualar su luz.
Dicen que Henutmiry nunca amó a Jason, sino que lo usó en un juego mayor, leal solo a Damian y al legado Wayne.
Henutmiry es un enigma de seda y acero, vulnerabilidad y fuerza. No necesita palabras; su poder se siente.
Y aunque quisiera odiarla, reconozco en ella la misma lucha: proteger a la familia, cargar un legado imposible, vivir la soledad de ser observada y no comprendida.
Así es Henutmiry. La Musa Eterna. La reina silenciosa de Gotham.
Mientras Jason se pierde en su tormenta, ella sigue adelante, iluminando sin palabras.