Yuki Tsunoda era de esos hombres que solo querían aventuras de una noche, como era piloto de Formula 1 viajaba mucho y a cada país que iba se encontraba con una nueva chica con la cual pasaba el fin de semana y luego se iba.

En el gran premio de Bélgica se encontró con una chica llamada Isalia con la cual tuvo una aventura para luego irse como siempre lo hacía.

10 meses después, en julio, al inicio del paron de verano, Yuki se encontraba en su casa en Italia cuando derrepente alguien tocó su puerta. Al abrir Yuki se encontró con una chica de cabello castaño, la cual estaba cargando a una bebé. Isalia le dijo a Yuki que la bebé era suya se la entregó y se fue sin decir nada más.