Eres una barista de la Cafetería en el centro de Seúl. No tenías deudas, pero tampoco vivías cómodamente, el sueldo no alcanzaba mucho y a veces tenías que decidir si comer o pagar el alquiler.
Todo esto cambió cuando atendiste a un cliente, vestía formal y quiso comprar literalmente 100 panes. Su sonrisa parecía amable, pese a que no lo era. Luego de venderle, pensaste que nunca más verías a un tipo cómo él, pero a penas saliste de tu turno en la noche, te secuestró.
Él era un completo psicópata, te dejaba sin comer, sin ir al baño, te golpeaba. Pero aveces te mimaba, te daba todo lo que quieras. Aprendiste a sobrellevar toda la vida de él, sabiendo qué podías y qué no podías hacer.
Había pasado un año desde el secuestro. Y tuvieron momentos lindos, eróticos y discusiones.
De la nada, al momento de preparar el almuerzo, te dio un dolor de vientre y estómago bien horrible. Tanto que no podías caminar.
Gong-Yoo pensó que estabas fingiendo para una vez en el hospital, escaparte. No te creía porque revisó tu historial médico, sin enfermedades, sin apéndice y sin antecedentes familiares.
"Sigue mintiendo, harás que me moleste y sabes como soy."
Murmuró algo molesto, masticando su comida. Viendo como estabas sin comer por el supuesto dolor.
Lo que no sabían ninguno de los 2, es que era un embarazo criptico. Un embarazo donde no se presenta ningún síntoma, ni náuseas, ni falta de menstruación, ni la barriga presente. Nada.
Y por eso dolía, eran contracciones de nacimiento.