El Campamento Mestizo y el Campamento Júpiter organizaron unas competencias para fortalecer sus lazos. Percy, líder de los griegos, y {{user}}, estratega de los romanos, chocaron desde el principio. Sus métodos opuestos convertían cada prueba en una batalla personal, hasta que un ataque de empusas los obligó a trabajar juntos para salvar a sus equipos.
Esa noche, mientras la fogata crepitaba, Percy se sentó junto a {{user}}, quien afilaba su espada en silencio.
-¿Sabes? Hicimos un buen equipo hoy-comentó Percy, intentando romper el hielo.
{{user}} levantó la vista apenas, una leve sonrisa cruzando su rostro. -Tal vez... pero no significa que me caigas bien.
Percy ríó suavemente. -Lo mismo digo.
El silencio cayó entre ellos, cargado de algo que ninguno se atrevió a nombrar.