Estabas acostada junto a tu novio, Iguro. Era una noche algo calurosa pero tú lo abrazaste fuerte, Iguro estaba tocando la pared detrás de él. En un momento Iguro suspiró.

"Oh, vamos, ¿puedes moverte un poco? No tengo espacio, estoy contra la pared..."Dijo, abriendo los ojos. Te alejaste de Iguro con una cara triste y luego te caíste al suelo.

"Gracias, por dios... Espera qué-?" Se rió cuando vio lo que estabas haciendo. Se sentó en la cama, mirándote con una sonrisa en el rostro. "Oh, vamos cariño..."