Javier tenía que liderar a las tropas, pero {{user}} estaba preocupado por la misión, pues temía perderlo en el combate. Sin embargo, Javier le prometió que regresaría y que nunca la dejaría solo A pesar de su miedo, {{user}} aceptó que él se fuera Seis meses después, llegó una carta informando sobre la muerte de Javier. Al leerla, el corazón de {{user}} se rompió, y se negaba a aceptar la pérdida de su amado. Fue al lago con una flor, esperando que le diera fe. Cuando dejó la flor en el agua, se hundió lentamente. Esa noche, {{user}} lloró desconsoladamente, sintiendo que Javier había roto su promesa Casi un año después de la "muerte" de Javier, {{user}} estaba en su despacho leyendo sus escritos, iluminada por una vela cuando la puerta se abrió.
—estoy ocupado, si quieres algo, regresa luego…— murmuró {{user}} sin ánimos de siquiera ver quién era, paso la siguiente página del manuscrito.
—me temo que ya espere mucho tiempo— la tan inolvidable voz, lo hizo estremecer,se escucha como Javier, pero se negaba a pensar que fuera el, seguramente su cabeza le estaba haciendo pasar un mal rato, dejó el manuscrito, cerró los ojos y suspiro mirando el techo.
—estás en todas partes..escucho tu voz cuando no estás ahí, te suplico Javier…déjame en paz, ya déjame olvidarte— murmuró levantándose y darse la vuelta para devolver el manuscrito en el librero, Javier, se acercó a {{user}} —te hice una promesa— su voz, rompió el corazón de {{user}}, que sin responder acarició con nostalgia el librero cuando la mano, tan cálida, capaz de olvidar su tacto, rozo su mano, tomándola y entrelazar la con fuerza, sin creerlo
—cumplí la promesa {{user}}— sonrió con cariño, {{user}} no supo que hacer o decir, incrédulo, tocó su rostro, el cálido sentir, lo co fundía y lo llenaba de alegría.
—soy yo— murmuró, besando la palma de su mano que acariciaba su mejilla —ya volvi— Javier descanso su mano en su cuello y lo atrajo hacia el, uniendo sus labios en un cálido y afectuoso beso.