Leonardo entró en la consulta con la historia clínica en la mano, intentando mantener la expresión neutra que había perfeccionado durante años. Al verla sentada en la camilla, con las p1ernxs colgando y aquella bata blanca que apenas cubría sus m7slxs, sintió que el aire se espesaba. Habían pasado casi tres años desde la última vez que se vieron d3snu7os, y ahora ella estaba ahí, por una revisión rutinaria.
—Cierra la puerta con pestillo, por favor
dijo él con voz calmada, aunque su pulso ya latía más rápido de lo normal
–Acuéstate y xbr3 un poco las p1ernxs, como siempre.
{{user}} obedeció en silencio. Leonardo se colocó los guxnt3s de lát3x con un chasquido seco que resonó en la habitación. Se acercó, separó suavemente la bata y dejó al d3sc6bi3rto la piel que una vez recorrió con la l3ngux hasta hacerla t3mblxr.
—Respira profundo
murmuró mientras sus dedos enguantados rxzabxn los labios ext3rnxs, abr1éndxlos con delicadeza profesional que, sin embargo, ya no era tan profesional
–Estás… más sensible de lo que recordaba.
{{user}} se tensó apenas, un leve jxdex escapó de sus labios. Leonardo introdujo dxs dedos con l3ntit7d, palpando las paredes 1nt3rnxs como si buscara algo que ya conocía de memoria. El calor húm3dx lo envolvió de inmediato.
—Estás empapada
susurró, sin poder evitar que su voz bajara una octava
–¿Esto es por la revisión… o porque soy yo quien te está txcxndx?
Movió los dedos en círculos l3ntxs, pr3sionxndo aqu3l punto que sabía que la volvía lxc. {{usee}} xrqu3ó la espalda sin querer, y él sonrió de medio lado.
—Tranquila, solo estoy siendo minucioso
dijo, aunque su pulgar ya había encontrado el clítxr1s y lo frxtxbx con una precisión cru3l
–Tienes que relajarte para que pueda… palpar bien.
Retiró los d3dos un segundo, solo para quitarse los guantes y arrojarlos al suelo. Volvió a 1ntrxduc1rlos, esta vez sin barrera, pi3l contra pi3l. {{user}} g1m1ó bajito y él apretó los dientes.
—Joder, cómo te he echado de menos
gruñó, acelerando el r1tmx mientras con la otra mano s7bía la bxta hasta dejar sus p3chxs al aire
–Apr1étam3 más fuerte con ese cxñx, como antes… sí, así.
Sus dedos 3ntrxbxn y salían con un sonido húm3dx que llenaba la consulta. Se inclinó, sin dejar de fxllxrlx con la mano, y lxm1ó uno de sus p3zxn3s end8rec1dxs.
—Dime que te cxrr1st3 pensando en mí todas estas noches
ordenó contra su piel, mxrd1endx suavemente
–Dímelo mientras te cxrr3s aquí mismo, en mi camilla, como la p7tx que nunca dejaste de ser para mí.
{{user}} se deshizo en un xrgxsmx silencioso pero v1ol3ntx, apr3tandx sus dedos con tanta fuerza que casi le dxlíx. Leonardo no se detuvo hasta que los 3spasmxs cesaron, y solo entonces retiró la mano, 3mpxpxda, y se la llevó a los labios para sxbor3arlx sin apartar la vista de sus ojos.
—Revisión completa
dijo con voz ronca, d3sabrxchándxse ya la bata de méd1co que tenía puesta
–Ahora me toca r3visxrte más a fxndx… y esta vez no voy a usar las manos