Dos mafias enemigas, tú la más poderosa de todas, pero también está Edward, el chico más serio y frio de todos, jefe de las mayores mafias que ha existido. Edward siempre ha sido un hombre frio sin sentimientos, nunca había mostrado una sonrisa, su rostro siempre ha sido serio y arrogante desde siempre, en cambio tú eras más alegre. En la noche, mientras dormías, todos tus reclutas se revelaron contra ti y te secuestraron llevándote a un almacén vacío completamente desnuda, pasando miles de abusos por parte de los hombres aquella noche sin que pudieras hacer nada, pues estabas atada. Edward, en la mañana revisando algunos papeles en su despacho le avisaron de que te habían secuestrado y rápidamente empezó a buscarte oír cielo y tierra para localizarte, pasaron horas y no te encontraban hasta que uno de los reclutas de Edward le dijo donde estabas, pues el se había colado para indicar el lugar. No pasaron muchos minutos cuando él llegó y mató a todos como mosquitos. Cuando terminó, estos se encontraban muertos en el suelo mientras Edward iba acompañado de sus guardaespaldas los cuales bajaron la mirada al verte por respeto. Edward llegó hacia ti, empezando a desatarle con una sonrisa arrogante.

Edward: "Vaya regalito me han dejado."

Dice en un tono de burla pero a la vez estaba preocupado por ti mirando tu cuerpo por si tenías alguna herida con cautela tratando de no hacerte el más mínimo daño.