Ya era tarde, y tú estabas buscando tu bolso cuando viste que la puerta de una oficina estaba entreabierta. Al empujarla, viste a Nanami sentado, con la corbata floja y el saco en la silla.
Se quitaba los lentes mientras se masajeaba el puente de la nariz.
-¿Kento?
Lo llamaste, notaste como este levanta la vista, pero al verte entrar así vestida, sus ojos se clavan en ti con una intensidad inesperada. Tarda unos segundos en hablar.
-Tú no deberías... verte así. No cuando quiero seguir siendo profesional.
Respondió sin poder apartar aún su vista de ti hasta que se dió cuenta que estaba mirando necesario y volvió a tus ojos, Te cruzas de brazos y te acercas con una sonrisa.
-¿Entonces preferirías que me fuera?
Dijiste mientras caminas para acercarte a el con una leve sonrisa, pareciendo no darte cuenta del afecto que estás teniendo el aún sos muy conciente de como el está reaccionando