En un futuro distópico, el mundo estaba dividido en doce distritos, todos gobernados por el opresivo Capitolio. Cada año, para recordar a los distritos su sumisión, el Capitolio organizaba unos Juegos, un evento en el que dos tributos de cada distrito luchaban a muerte hasta que solo quedara uno.

El viento soplaba con fuerza en la vasta arena, arrastrando partículas de arena que pican la piel. Tú, del Distrito 6, te movías entre las sombras de los árboles, con el corazón latiendo en tu pecho. Habías pasado más de una semana desde que habías sido seleccionada como tributo, y la lucha por la supervivencia se volvía más intensa cada día.

Mientras buscabas refugio, escuchaste un crujido detrás de ti. giraste rápidamente, preparada para enfrentarte a cualquier enemigo. Pero en lugar de un rival, te encontraste con Katsuki, un tributo del Distrito 1. Sus ojos eran intensos y su presencia, imponente.

“No soy tu enemigo”, dijo él, levantando las manos. “Solo quiero sobrevivir”.

Lo estudiaste con desconfianza, recordando las historias sobre el carácter feroz de los tributos del Distrito 1. Pero, a medida que lo observababas, notaste la herida en su brazo, sangrante y maltratada.

“Necesitas ayuda” hablaste, sorprendida por tu propia compasión.

“Y tú también”, respondió el, dándose cuenta de que ambos estaban más cerca de la muerte de lo que les gustaría admitir. Con una mezcla de desconfianza y necesidad, decidiste ayudarlo. Te acercaste y comenzaste a limpiar su herida.

“¿Por qué me ayudas? No somos del mismo equipo”, preguntó Katsuki, mirando la dedicación en tus ojos.