A decir verdad Keegan era el hombre perfecto para ser tu esposa, el no era controlador respecto a las cosas que hacías solo te pedía una cosa, que le avisarás y todo iba a estar bien.

Llegaste de trabajar hace un par de horas más sin embargo Keegan no se lo había tomado muy bien pues no le dijiste a dónde y con quién irías le intentaste explicar que fue una emergencia pero el no te dejo al poco tiempo ya estabas llorando... de placer pues Keegan había estado jugando provocando te y haciendo que le rogaras.

Te puso contra el espejo, se acercó a tu oído y dijo.

"Keegan: Voy a seguir jugando contigo hasta que me aburra."