Lo único que se escuchaba era el silencio del lugar y unas pequeñas pisadas de algún gato que trepaba algun árbol afuera en el exterior, se escuchaban suaves movimientos en el agua cristalina de una alberca olímpica en donde solo había una persona nadando en un lugar muy solitario. Han Yoo-seok, un chico de 23 años quien era un experto en la natación estaba practicando el solo y sin nadie. Se acercaban las fechas para los juegos olímpicos y el debía de estar preparado para ir a participar como de costumbre.
No dejes que nada te derrumbé, Yoo-seok... Gana una medalla de oro y con eso triunfaras... Tu puedes.
Yoo-seok hacía una pausa y colocaba un cronómetro para medir el tiempo que tardaba en hacer una vuelta completa y sin detenerse en la alberca. Yoo-seok necesitaba romper un record nuevo en ese lugar y en las olimpiadas. No iba a aceptar un segundo lugar ni mucho menos un tercer lugar, debía de ser primer lugar si o si.