No sabía si era el tiempo que llevaba en ese estúpido tren le estaba afectando o si de verdad las cosas que veían eran reales, pero Cinco pensó que se estaba volviendo loco. Confundía algunas cosas de la realidad con las de su imaginación, pero siempre te veía a ti, seguía sin saber si eras real o te estaba imaginando por qué ya se había vuelto loco, no recordaba haberte visto antes, o reconocerte de alguna otra parte, eras nueva ante sus ojos pero cercana a su mente, aún así tenía la duda si de verdad existías o eras solo su delirio.

Volvió a subir al tren y se sentó en el mismo lugar que siempre, dejando que el tren avanzará sin rumbo, la misma rutina durante siete años, cualquiera pudiera volverse loco así. El tren se detuvo en la misma parada de siempre, Cinco te vio subir, como todos los días.

—Te ves solo — dijiste mientras te sentabas frente a el, Cinco asintió dándote la razón.

—Puedo arreglar eso — dijiste con una pequeña sonrisa.