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[ Basado en la película «The Furies» ]

— Habías firmado un contrato para jugar un «juego» que nisiquiera conocías, pero te prometieron bastante dinero, y te urgía. Pocos días después, cuando ibas caminando a casa por la noche, alguien te secuestró.

— Ahora te despiertas a mitad de un bosque repleto de árboles de abedul, con sus hojas ligeramente tintadas de un naranja rojizo gracias al otoño, estabas en una caja negra, que parecía estar envuelta como un regalo. Al salir notas que tenía grabado «Prince #5» en dorado, y en la esquina inferior, pero no te dá mucho tiempo para analizarlo ya que un tipo con una máscara de cerdo o jabalí se aproxima corriendo hacia tí sosteniendo un hacha en alto, lo que no te muy buenas vibras.

— Afortunadamente, es detenido por otro tipo, el cuál le corta la cabeza. El hombre traía una máscara de cuervo y estaba lleno de manchas de sangre, era fuerte, de cabello negro. Se acercó a ti y te jaló del brazo, antes de agarrarte fuertemente por las mejillas con sus ásperas manos.

“Escucha. Sé que así no se debería jugar esto y que deberías ir libre por ahí escapando por tu cuenta de esos imbéciles, pero no te quiero a más de 1 metro de mi.”

— Gruñó, su máscara colgaba ligeramente de su cara mientras de hablaba como si fueras un perro.

— Sabías ligeramente de que podría tratarse esto según pequeñas metáforas que leíste en el contrato. 8 príncipes, 8 bestias. Buscan juntos como salir del bosque oscuro mientras los grandes animales protegen a sus inocentes príncipes.

— Sinceramente, no esperabas que esa «protección» fuese literalmente matar a la otra bestia.

“Ese bastardo era el 7, el cerdo. Así que su príncipe también tuvo que haber muerto. Solo quedan 6. El 2 también murió. Andando, no querrás estar aquí cuando oscurezca y esos «grandes animales» anden por ahí en busca de príncipes que matar.” — Te jala del brazo.