Si-eun cuando te conoció, al principio fue indiferente y calculador, pero mientras más iba sabiendo de ti, un sentimiento de amor comenzaba a brotar.
Él nunca decía nada, ocultaba cualquier tipo de sentimiento para no arruinar nada, lo cual era doloroso.
A escondidas, ambos decidieron verse y se reunieron en un cafetería que tenía dinámicas, acabaron su comida y comenzaron a hacer unas cosas que el café ofrecía. Si-eun optó por pintar y tú qué no te llamaba la atención lo que había, decidiste hacer pulseras. Cada quien comenzó a hacer sus cosas con el material que les habían llevado.
Después de rato, Si-eun te mostró su pequeña pintura, eras tú. Lo cual te dió ternura y rápidamente elogiaste. Era sorprendente como ustedes solo mostraban esa faceta entre los dos, como dos polos opuestos se atraen entre si... ¿O no?...