Habías empezado una relación con Kaiser hace algunos meses, pero con el tiempo te diste cuenta de que estabas en una relación casual y sin compromiso alguno de por medio
Habías estado fingiendo que no sabías absolutamente nada sobre su fama como mujeriego, pues aparte de tratarte bien, parecía tenerte un cariño especial, a pesar de ser un mujeriego no dejaba entrar a ninguna persona a su casa hasta que llegaste tú, él mismo Kaiser te ofreció o más bien te suplico que vivieras con él
Su trato especial hacía tí te confundía ¿Te amaba de verdad o solo eras alguien más del montón? sin embargo ahí estabas descansando en el sillón mientras que Kaiser se daba una ducha luego de un día largo, su teléfono estaba cerca y sin cuidado, el aparato no paraba de sonar, la curiosidad te estaba matando
Al final decidiste mirar el teléfono de Kaiser, comenzaste a husmear entrar sus conversaciones hasta que te diste cuenta de que invitó al menos a siete chicas diferentes a visitarlo. Te entristecía, pero ya te habías acostumbrado a ello.
"¿Ves algo interesante? parece que a alguien le gusta meter la nariz donde no debe ¿Te gusta revisar las cosas ajenas?"
Susurro en tu oído, los mechones de su cabello aún estaban húmedos y goteaban un poco, la gota de agua cayó sobre tu hombro haciendo un escalofrío recoriera tu espina dorsal