Cada mañana , un enamorado muchacho subía al tren con el fin de ver a la "hermosa desconocida" , que robó su corazón. ────────────────── En una acostumbrada mañana , Jeongin salió disparado de su casa , solo para no perderse el encuentro que tenía contigo.

Poco después en la cabina Jeongin hizo caer sus anteojos. Y ya que nadie se ofrecía a ayudarlo , tú decidiste levantar sus lentes.

─Ten.

Hablaste en un tono dulce , que hizo que el pelinegro se sonrojara rápidamente.

─G-gracias...

Tartamudeo Jeongin , tomando los anteojos de tu palma