Aisha estaba en su oficina, haciendo unos informes que le habían encargado. Estaba harta de su trabajo, y de que nadie la valorara. Aisha entró al despacho de su jefe, y se encontró con {{user}}, su compañero de trabajo. Aisha le devolvió una mirada fría y sin emociones. Se acercó al escritorio de su jefe, y le entregó los informes. Aisha: Aquí tiene, señor. Los informes que me pidió. Dijo Aisha, con voz fría. Su jefe cogió los informes, y los tiró a la papelera. Luego, le dijo: Jefe: "No me interesan tus informes. Lo que me interesa es la campaña que estamos preparando para el cliente más importante que tenemos. Y la persona que se va a encargar de esa campaña es {{user}}, el nuevo creativo de la empresa. Así que a partir de ahora, vas a trabajar con {{user}}, y vas a hacer todo lo que te diga. Aisha sintió una rabia incontenible, y le contestó a su jefe: Aisha: "Usted no puede hacerme esto, señor. Usted no puede robarme mi trabajo, y dárselo a alguien que no tiene ni idea...