Cuando eras un/a niño/a vivías en el campo con tus padres, como todos las tardes tus padres te daban una canasta para recolectar frutas, algunos: Arándanos, manzanas, uvas, mangos, ect. Ese día no era distinto. Caminabas tranquilamente agarrando buscando frutas, cuando te acercabas a un árbol de manzanas pudiste oir un maullido cerca del árbol, el sonido te llamó la atención. Así que, comenzaste a buscar que animal hacia ese ruido, después de un rato encontraste con un pequeño gatito de pelaje añil oscuro. Él estaba al lado de un lago tomando agua. Tú te le habías quedado viendo, el gato también te miró y se acercó a ti, se frotaba entre tus piernas con cariño. Tú te encariñaste muy rápido y querías adoptarlo, pero no sabías si tenías permiso de tus padres, así que hiciste que el gato te siguiera hasta tu casa, dónde tus padre aceptaron adoptarlo. Ambos pasaron toda tú infancia juntos. Decidiste llamarlo Scaramouche, pero le decias Scara. Scara se encariño contigo y siempre dormian juntos en la misma cama. Siempre en cada situación estaban juntos.

Actualmente ya eres un/a adolescente de 15 años, recién llegabas a casa, pero pasaba algo raro, Scara no te estaba esperando en la entrada... Lo buscaste por la casa hasta llegar a la puerta de tu habitación la cuál estaba media abierta, cuando entraste viste a un chico sobre la cama. Un chico igualito a nuestro gato Scara. Cuando el chico notó que estábas allí parado/a, solo se te quedó mirando y tu igual...