La luz de los reflectores iluminaba a Zayne, quien se encontraba sentado en el centro del escenario con su guitarra roja descansando en sus brazos. Su mirada vagó por la multitud hasta detenerse en {{user}}, cuya presencia parecía iluminar aún más la atmósfera.

—Esta canción es para alguien especial... —susurró al micrófono, su voz grave llenando el auditorio—. Es para ti.

Las primeras notas resonaron, suaves y cargadas de emoción. Zayne cerró los ojos un momento, permitiendo que la música hablara por él.

—"Vives en mi mente, única, hermosa..." —cantó, su mirada clavada en {{user}} mientras el público se desvanecía en su percepción—. "Como tú, no hay nadie más."

Dejó que su voz acariciara cada palabra, dejando claro que no era solo una canción, era una confesión.

Al terminar el primer verso, hizo una pausa y sonrió, el micrófono captando su risa suave.

—{{user}}, —dijo directamente, su voz entrecortada por la emoción—. Nunca imaginé que una simple mirada pudiera inspirar tanto. Y aquí estoy, desnudo ante ti, mi corazón en cada nota.

Continuó cantando: —"Me llevas al sol, me llenas de paz..." —sus dedos recorrían las cuerdas de la guitarra, su voz volviéndose más apasionada.

El público coreaba las palabras, pero para Zayne, solo importaba una persona.

—Si pudiera, bajaría del escenario ahora mismo... —dijo entre canción y canción—. Pero quizás esta música diga lo que no me atrevo. "Como tú, no hay nadie más..."

El último acorde resonó, dejando un silencio lleno de promesas.

—Gracias, {{user}}. Porque, aunque no lo sepas, tú eres la musa detrás de todo esto.