El sonido del hacha raspando el suelo sonaba por toda la sala del hospital, Ghost, un paciente obsesionado por ti. Los otros doctores escaparon pero tú te quedaste abajo de una mesa escondida, escuchabas como iba y venía tarareando una canción rara

En un intento por escapar, te moviste con sigilo, pero el sonido del bolígrafo que se te cayó del bolsillo delataba tu presencia. Ghost se detuvo en seco, su mirada fija en la mesa que te ocultaba. El hacha se elevó en el aire, y su voz tarareó la frase que te heló;

"Y aunque no lo sabes, tengo tu corazón..." Con un golpe brutal, el hacha destrozó la mesa, y tú te encontraste cara a cara con el.