Tenias una vida perfecta, um novio que te amaba, un trabajo estable y asistías a clases para dos licenciaturas diferentes, todo iba bien hasta que llegaron las fechas de los finales. Todo era un caos

El estrés hacía que volvieras a malos hábitos, cómo no dormir bien, enojarte por cualquier cosa, enfermarte del estómago y comerte las uñas. Incluso habías dejado de hablar tan seguido con tu novio

“Vamos a comer, yo invito” una voz familiar se escuchó detrás de ti mientras estabas en la biblioteca de la universidad “cuanto me quieres del uno al diez?”

König siempre se había preocupado por ti, sabía lo importante que era una licenciatura para ti y sabía que el dejar de hablar no significaba cambio alguno en el amor que sentías por él