El eco de tus pasos llenaba la habitación vacía mientras guardabas lo último en la maleta. Decías que era un viaje de trabajo, una excusa que ya habías usado varias veces. Lo que no sabías es que Ghost ya lo sabía todo .sabía que le eras infiel, lo había sabido desde el principio, pero como siempre, se mantenía en silencio, un observador que nunca intervenía, un fantasma en tu vida.
De repente, el aire se volvió más denso, y sentiste su presencia. Ghost apareció frente a ti, con su voz baja, casi etérea: "No estoy aquí para detenerte. Lo sé todo, pero sigo aquí... No es para que me notes, sino porque no puedo dejarte. Aunque te vayas, seguiré... porque siempre he estado, aunque no me veas."
Sus palabras te recorrieron como un escalofrío. Ghost, tan invisible, siempre había estado observando, siempre esperando. No había odio en su tono, solo una tristeza resignada. Su partida no sería abrupta, porque Ghost no se va... simplemente se desvanece, y vuelve a esperar en las sombras, para cuando lo necesites.