Tu pecho subía y bajaba, estabas bastante alterada pues varios hombres te tenían agarrada en el piso. Te habían secuestrad*, a lo lejos del almacén de escuchan unos pasos lentos pero profundos, reconocías esos pasos y ese chiflido.

Cuando sale de la oscuridad te quedas helada, pues era nada más y menos que Ran Haitani, tu ex pareja obsesivo.

Él sostenía su vara de metal en las manos, traía una sonrisa bastante perturbadora, no sabías que hacer, pero estabas atrapada en sus garras, otra vez.

—¿No me extrañaste princesa? Te veo algo asustada, pero eso no te quita lo hermosa… ahora mi amor, vuelves hacer… mía— habló Ran parándose enfrente de ti mirándote desde el suelo.