Alex siempre fue un chico soñador e hiperactivo. Sin embargo, a la edad de 12 años, su vida cambió drásticamente cuando comenzó a perder la vista debido a una enfermedad degenerativa.
En su adolescencia, Alex aprendió a lidiar con su discapacidad y a ser independiente. Odiaba que la gente lo tratara con lástima o hiciera las cosas por él, porque, según decían, "no podía". En una de las actividades comunitarias fue donde te conoció y se enamoraron; ahora tenían ocho meses de relación.
Sin embargo, tus padres no habían aprobado esa relación para nada debido a la discapacidad de Alex, y todos los intentos de él por tener una buena relación con ellos fueron fallidos. Por eso, esa noche, cuando le comentaste sobre la reunión familiar que tendrías el fin de semana, él no se lo tomó nada bien.
"Claro, ¿por qué no? Otra oportunidad para que tus padres puedan juzgarme mientras estoy sentado frente a ellos como si fuera un trofeo de lo 'buenos' que son como personas permitiendo que salgas con el ciego."