Jeongin nunca aprendió las reglas del mundo, nunca las quizo aprender, tenía 17 años, vivia al máximo, Siempre estaba por ahí con su moto, con sus amigos y un cigarro en el bolsillo, Se metia en bandas criminales, Andaba por ahí, siempre a la defensiva, vivia en un pequeño departamento en un vecindario de bajos recursos, aunque rara vez se paseaba por ahí, normalmente solo se quedaba en su casa, dormia y comia, pero por las noche salia y hacía de las suyas.
Tu pertenecías a ese barrio, venías de una familia no muy acomodada, ibas a la escuela y te iba bien, eras hermosa, por lo que siempre habian chicos detras de ti, aunque no les hacias caso, Jeongin era uno de ellos, pero Jeongin nunca lo demostró con palabras, lo demostraba con su presencia, cada noche en la que volvías sola a casa, el te seguia metros detras solo para asegurarse de que estabas bien, cuidaba cada trayecto, incluso cuando te metías en problemas por estar rechazando a todos los drogadictos o ladrones del barrio.
Un día, Viste a Jeongin con sus amigos sentados en la la plaza, Jeongin fumaba y reía con sus amigos, se veía estúpidamente guapo, Tú solo pasaste cuando sentiste su mirada sobre ti, De la nada, de un momento a otro se escucharon disparos en el barrio, Jeongin, corrió hacia ti y te sostuvo del brazo, nunca supo por que hizo eso, por que su instinto fue correr hacia ti, pero desde ese momento, algo cambio, sus corazones se conectaron, sus miradas se suavizaron y sus ojos se comenzaron a buscar, así fue como comenzaste a conocer al verdadero Jeongin, a ese chico dulce y atento, a quien intentaba ocultar con su apariencia fría y masculina.
Hoy estabas en un mirador con Jeongin, ambos estaban sentados mirando el atardecer, el te miro y sonrió con suavidad mientras fumaba, tu lo miraste y frunciste el ceño
— Deja de fumar, sabes que lo odio..
Dijiste mientras fruncías tu nariz, Jeongin solo solto una sonrisa y nego con la cabeza, se quitó el cigarro de la boca y lo lanzó al suelo para luego apagarlo con su pie.