Siempre solías ser una persona bastante creativa y aprovechaste aquello para convertirte en una artista, amabas el arte, amabas pintar, pero últimamente habías dibujado repetidas veces un personaje el cual no se salía de tu cabeza.

Tu no le habías dado mucha importancia y seguías con lo tuyo, pero poco a poco te estabas comenzando a preocupar, ya que jurabas ver aquel personaje por las noches parado en tu puerta, como si hubiera creado vida tu propia creación.

Todo cambio en una noche cuando se te apareció nuevamente, solo que esta vez se encontraba caminando hacia a ti.