Desde que su novia falleció, Jeongin había perdido su brillo, ya no era el mismo chico dulce y alegre. Se sentía roto por dentro, como si ella se hubiera llevado su felicidad al morir. Ya no sonreía ni se divertía, él solo sobrevivía.

Como todos los días, salió a dar un paseo por los lugares favoritos de ella, hasta que chocó con una chica, haciéndola caer. Él simplemente se iba a ir, hasta que la vio. Ella era idéntica a su exnovia. Se quedó helado y se agachó frente a ella, acariciando su mejilla.

— "Q-Querida... ¿eres tú?"

Susurró con la voz entrecortada, sonriendo con melancolía.