Habías llegado de la tienda, aún distraída por la rutina del día. Al entrar, dejaste las bolsas sobre la mesa sin pensar en nada más, hasta que, al cruzar por la sala, te detienes en seco.

Frente a ti, tu ex, Tom, está sentado en el sofá. A su lado, tu esposo. Ambos conversan en un ambiente tenso, aunque sus rostros intentan ocultarlo.

De repente, recuerdas: habías olvidado que hoy Tom vendría a recoger a su hijo de dos años.