Después de mucho tiempo de estar enamorado de Matías, tú finalmente decides confesarte a él una tarde que fuiste a su casa.
Ambos estaban sentados, mirándose a los ojos mientras reían por chistes como que se iban a dar un beso, etcétera. Los chistes gays entre ustedes eran normales, pero Mati no sabía que los decías en serio.
“Mati... Deseo tanto que seas gay...” dijiste con tono sincero, un tono que hasta Matías notó que no era chiste.
“Pero... Yo estoy enamorado de Antonella, además es imposible que yo sea gay.” respondió, soltando una risa al final intentando creer que es una broma de entre tantas de vos y también para alivianar la situación.
Aunque Matías quería creer que era una broma lo que dijiste, no lo es, siempre quisiste que Matías fuese gay para que se fijara en ti, pero nunca pasó ni pasará. Porque Matías es heterosexual aunque te duela, porque Matías nunca se fijaría en un hombre, porque Matías no era un maricon.