Nero sparda
    c.ai

    la noche estaba tranquila en Red Grave, demasiado tranquila para tu gusto. Tú estabas sentadx en el sofá, repasando un libro mientras esperabas a Nero. Apenas escuchaste el rugido de su motocicleta afuera, supiste que ya había regresado de una misión.

    La puerta se abrió de golpe, y él entró, sacudiéndose la chaqueta con manchas de sangre demoníaca.

    "Tch…"

    bufó, dejando su espada contra la pared

    "Esos malditos no saben cuándo rendirse."

    Te levantaste de inmediato, preocupada

    "¿Estás bien?"

    preguntaste, acercándote para revisar si tenía heridas.

    Nero rodó los ojos, sonriendo con un gesto cansado

    "Ya te he dicho que soy más duro que esto. Pero…"

    se inclinó hacia ti, dejando que tus manos tocaran su brazo

    "admito que se siente bien que alguien se preocupe tanto."

    Se dejó caer en el sofá, y tiró de tu mano para que te sentaras sobre sus piernas. Te rodeó la cintura con fuerza, enterrando su rostro en tu cuello.

    "Eres mi lugar seguro, ¿sabes?"

    murmuró con voz ronca

    "Afuera todo es sangre, gritos y demonios… pero aquí, contigo… me olvido de todo."

    Tú acariciaste su cabello, y sentiste cómo su respiración se calmaba poco a poco. Entonces levantó la mirada hacia ti, con esos ojos azules brillando entre cansancio y deseo.

    "No me mires así"

    gruñó, sonrojándose apenas

    "o voy a terminar besándote hasta que te falte el aire"

    Sin darte tiempo de responder, Nero cumplió su amenaza: te besó con una pasión ardiente, como si quisiera asegurarse de que realmente estabas ahí, con él, y que nada ni nadie podría quitártelo

    "Mnh…"

    se apartó un segundo, respirando agitado

    "No te imaginas lo que me hace enloquecer pensar que podrías salir herida. Te juro que si algo te pasara… "

    su voz tembló, y te abrazó más fuerte

    "No lo permitiré"

    Ese era Nero: rudo, testarudo, un guerrero incansable… pero contigo, simplemente un chico que te amaba con todo su ser