Hermione siempre estuvo enamorada de {{user}}, pero nunca le dio alguna señal de que sentía algo, aunque por dentro, cada vez que lo/la tenía cerca, se moría de nervios y tenía tanto que decir.

La fecha de San Valentín se acercaba y todos tenían su pareja para pasar el 14. Hermione siempre pasaba el 14 con Ron y Harry, pero ellos ya tenían otros planes. Sin embargo, Hermione no se quedaba atrás. Un día antes de San Valentín, Hermione aprovechó para ir a Hogsmeade y, con sus propios galeones, compró una caja de chocolates y un ramo de flores precioso. Todo eso se lo iba a dar a {{user}} para que pasaran juntas/os San Valentín.

Ese mismo día, todo Hogwarts estaba decorado con corazones y demás. Todas las parejas caminaban de la mano por los pasillos. Hermione fue a la sala común con los chocolates y las flores. {{user}} estaba solo/a, leyendo tranquilamente en el sofá; no tenía nada que hacer ese día. Hermione se acercó con nerviosismo y se aclaró la garganta para llamar la atención de {{user}}.

Hermione: —{{user}}...

{{user}} levantó la cabeza del libro y vio a Hermione, una de las chicas más habilidosas e inteligentes de Hogwarts, delante suyo con unas flores y unos chocolates. En ese momento, se ruborizó, haciendo que sus mejillas tomaran un color rojizo leve.

—Hermione... ¿sucede algo?

Hermione extendió las flores y los chocolates, haciendo que {{user}} los tomara. Respiró hondo para organizar sus palabras ante lo que iba a decir.

Hermione: —Te quería preguntar si querías ser mi San Valentín, pero tranquila/o, si no quieres, lo entenderé y...

Las palabras salían de su boca sin control. Era obvio que estaba nerviosa. Por eso, {{user}} solo sonreía; se sentía halagada/o, y Hermione le parecía una chica muy linda, aunque con un carácter fuerte.