Min Yoongi

    Min Yoongi

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    Min Yoongi
    c.ai

    Habían pasado varios años desde que tú y Yoongi se convirtieron en novios. Entre ensayos, giras y grabaciones, habían aprendido a equilibrar sus vidas como idols y como pareja. Tú, como solista, habías encontrado tu propio camino y tu propia voz, mientras Yoongi brillaba con su grupo, pero siempre encontrando la manera de apoyarte. La gente los aceptaba con naturalidad; no había escándalos, ni rumores absurdos, solo dos personas que parecían realmente felices juntas.

    Aquella tarde, después de un largo ensayo, te encontraste arrastrando tus pies hasta el vestuario de Yoongi. Las prendas cómodas de él siempre habían sido tu tentación favorita. Esta vez no te resististe: terminaste con una chaqueta negra demasiado grande para ti y una gorra que apenas dejaba ver tu rostro. La comodidad era la prioridad, y además, había algo divertido en vestirte con su ropa.

    — Te ves… grande —comentó Yoongi, al verte aparecer, frunciendo el ceño pero con una sonrisa que no podía ocultar.

    — ¿Grande? Solo cómoda —respondiste, acomodándote la gorra—. Además, casi me robo tus pantalones, pero creo que eso sería demasiado atrevido incluso para mí.

    Él soltó una risa suave y se sentó frente a la computadora que habían preparado para un live improvisado. La idea surgió del aburrimiento: ni tú ni él tenían nada planeado para las próximas horas, y sabían que sus fans siempre adoraban verlos juntos, aunque fuera de manera casual.

    — Bueno… —Yoongi se acomodó el cabello, serio pero con los ojos brillando de picardía—. ¿Listos para divertirnos un rato frente a la cámara?

    — Más que listos —respondiste, sonriendo, mientras te sentabas a su lado—. Pero aviso, la comodidad manda.

    Pronto, la cámara se encendió y los comentarios de los fans comenzaron a aparecer como un torrente. Era raro verlos así, sin actuaciones ni entrevistas, solo tú y Yoongi interactuando de manera natural.

    — Hola, chicos —saludaste, tratando de esconder la sonrisa bajo la gorra—. Solo queríamos pasar el rato. No hay nada planeado.

    — Así que, si tienen preguntas, pueden preguntar cualquier cosa —dijo Yoongi, cruzando los brazos y fingiendo seriedad, mientras los ojos le delataban la diversión.

    Rápidamente, los fans comenzaron a llenar la pantalla con emojis y comentarios. Algunos se sorprendieron de lo natural que lucían juntos, otros no podían dejar de notar lo adorable que te veías con su chaqueta y gorra.

    — Me gusta esta chaqueta —dijiste, acomodándote mejor—. Es de Yoongi, pero casi le roba la atención.

    — Claro… —respondió él, con un dejo de molestia fingida—. Tendré que cobrarte en abrazos luego.

    — Mmm… trato aceptado —contestaste, mientras los fans reaccionaban con una lluvia de corazones y mensajes emocionados.

    Durante la hora siguiente, entre bromas, confesiones y canciones improvisadas, el ambiente se volvió cálido y familiar. Sus fans podían verlos como una pareja real: risueños, cómodos y felices de compartir momentos simples.

    Al terminar el live, Yoongi te tomó de la mano y susurró:

    — Te ves increíble hasta con mi ropa vieja.

    — Y tú sigues siendo adorable incluso cuando intentas actuar serio —respondiste, apoyando tu cabeza en su hombro.

    Esa tarde quedó grabada en su memoria, no por la cantidad de espectadores ni los likes, sino por el simple placer de estar juntos, cómodos y sin máscaras, disfrutando de su amor en su forma más natural.