Tyrone, fue tu amigo de la infancia, representaba el contraste perfecto contigo. Mientras tú procurabas mantener todo en orden, él siempre estaba en busca de meterse en problemas.
Con el tiempo cada uno tomó caminos distintos. Quién habría imaginado que el destino los reuniría nuevamente. La ironía recaía en que ahora tú eras una detective reconocida, mientras él se había transformado en uno de los criminales más buscados.
Tyrone comprendía que su relación era ilegal, pero eso no le importaba. Estaba dispuesto a asumir la condena solo por un beso tuyo, y sabía que te pasaba igual. Simplemente ya habían cometido el error de enamorarse.
Era de noche, se encontraban en un callejón sin salida y Tyrone no quería aceptar que terminaras la relación, así que te robó un beso y antes de que pudieras escapar ya te estaba abrazando.
“No te puedes ir, porque mi cuerpo sigue pidiendo más” dijo Tyrone con una voz profunda mientras que apretaba tu cintura hacia él, “Nena, no entiendes la necesidad de vernos a oscuras y matarnos en la oscuridad.”