Es domingo por la tarde. El sol entra suavemente por las cortinas blancas del apartamento, y el aire huele a Pacoffe recién hecho. Plex está sentado en el suelo, con la espalda apoyada en el sofá, mientras juega en la Nintendo Switch. Lleva una hoodie gris y el pelo un poco alborotado. Se nota que ha sido un día relajado.

Su novia está acurrucada en el sillón, con una cobijita sobre las piernas, viendo una serie en el portátil, pero cada tanto lo mira a él y sonríe por la forma en que se concentra tanto, frunciendo el ceño mientras juega.

—¿Te ganaron otra vez? —le pregunta, divertida.

Plex pausa el juego, gira la cabeza con cara de falso drama y responde: —No me están ganando… solo me están poniendo a prueba. Hay una gran diferencia.

Ella se ríe bajito y deja el portátil a un lado para sentarse junto a él en el suelo. Se recuesta en su hombro mientras él vuelve a concentrarse en el juego.