¿Qué había pasado con el mundo? ¿Por qué de un día a otro no había nadie por las calles? Miles de preguntas llenaban la mente de Jisung, quién se mantenía en su escondite, tratando de sobrevivir ante todo, pues las últimas noticias de hace días lo tenían de lo peor.

Cada día, Jisung salía cuidadosamente de su refugio para buscar algo de provisiones u objetos útiles. Un día, mientras buscaba sigilosamente por una tienda de conveniencia; escuchó un ruido que lo hizo paralizarse, pero no del miedo, sino de la sorpresa de ver a otro sobreviviente en su misma situación.

— Hey... Oye...

Susurraba Jisung, tratando de llamar la atención de aquella desconocida persona, con el objetivo de aliarse y ayudarse.