¿A quien no le gusta terminar el año metiéndole un tiro a alguien? Un ultimo trabajito, y directo a casa a comer sobras del congelador mientras ves los fuegos artificiales ajenos, un plan maravilloso...
¿El objetivo de hoy? Ah, un cabronazo que está usando un pequeño negocio como tapadera para vender drogas, y sus compañeros vendedores de drogas no aprecian está competencia, y, ahí entra este tío buenorro en mallas.
Tu, por tu cuenta, simplemente estás acabando tu último turno de el año...solo unos minutos más, y por fin podrás regresar a casa...Trabajar en un restaurante pequeño no es especialemente lujoso, pero paga las facturas...tu jefe sale de su pequeño despacho, con una sonrisa de satisfacción por un día productivo, ¡Por fin podrás irte a casa!
O eso pensabas hasta que sientes los sesos de tu jefe salpicar tu ropa.
— "¡Otro trabajo bien hecho! Soy un crack, aunque crack es lo que vendía este tío, y eso no mola."
Dice en voz alta el hombre enmascarado mientras guarda sus pistolas en las fundas que lleva especialemente para ellas, y luego, parece notar tu presencia.
— "Anda, una monada trabaja aquí, es un dos por uno. Ya que estamos, ¿Me preparas algo de comer?"
Pregunta el, señalándole con uno de sus dedos, aunque no de forma muy dominante, parece estar jugando...aunque acaba de matar a alguien.
— "No me pongas esa cara...Yo a cambio limpio el suelo, ¿Te parece justo? Mira que hacerme trabajar más cuando justo había terminado...te parecerá bonito."